Hay días más raros
que otros, los llamo “los días extraños”,
Son días de caos sin
orden, son días que son ermitaños.
Esos días me
despierto, y ya sé:
Este día será desde
el amanecer, un día sin sombra, y
Hasta el anochecer me
cuidaré de mantener el orden, ya que
Me puede pasar de
todo este día:
Conocer a mi amor, o
perder un amigo!
Mi nevera se
estropea, y me gato tiene diarrea,
El ascensor se rompió
y el teléfono no suena!
¡Que hago?! ¿Qué
diversión? ¡Qué condena!
Y no me siento bien,
porque tampoco sé
Como se me ocurrió
cocinar y olvidar la sartén!
La cocina incendiada,
el canario asustado y el gato relamiéndose.
Entonces, limpiando
la cocina incendiada, me resbalo y le doy una patada al balde de agua que se
vuelca y se moja el parquet.
El gato asustado
corre y tropieza un florero anaranjado, todo
Se mezcla y
desaparece ya que desvanezco del estrés.
Así, cuando vuelvo en
sí, ruego que este día extraño termine así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario